Ya llegó el bebé... ¿cómo
sigue mi vida?.
Ser Mujer y Ser Madre.
En el momento del embarazo y nacimiento de un hijo,
las mujeres se enfrentan con aquellos modelos de maternidad que la han
acompañado en su desarrollo, desconociendo muchas veces su propio criterio al
respecto, y repitiendo formas con las cuales muchas veces ni siquiera están de
acuerdo.
Es por ello que muchas decisiones cotidianas están teñidas de angustia
y de culpa cuando la vida continúa desde nuevos roles: ser madre y ser mujer.
Este proceso trae como consecuencia una modificación de la imagen de sí y las
otras, nuevas modalidades de contratos de la pareja, y una nueva posición de la
mujer en relación a sus otros centros de interés: amistades, ámbito laboral,
formación académica, tiempo libre, etc.
Hoy en día muchas mujeres trabajan, ganan dinero,
estudian, buscan su propio placer, pero organizar sus vidas más allá de la
maternidad se vuelve a veces un camino difícil, de “transgresiones”, de culpas
y de sobre exigencias. Siempre es importante tener presente que nuestros hijos
necesitan como madres mujeres felices. Para ello debemos preguntarnos por
nuestros propios deseos más allá de los mandatos, tratar de lograr un
equilibrio entre el tiempo que destinamos a nuestros hijos y nuestras
actividades, recuperar parte de nuestra identidad perdida.
Sugerencias para facilitar este
Tiempito...
1 Darte tiempo y aceptar que los primeros tiempos
del bebé en casa, puede resultar difícil
2 Aceptar la ayuda de amigos, familiares y
profesionales
3 Compartir con tu pareja lo que sentís y guiarlo
en relación a lo que necesitás para sentirte mejor.
4 Conversar con tu pareja acerca de cómo están
frente a esta nueva situación y planear actividades juntos.
5 Recuperar actividades que desarrollabas antes del
nacimiento: trabajo, estudio, actividad física, encuentros con amigas.
Volver al Trabajo.
Es posible que en cuanto te hayas adaptado a tu
nuevo rol de madre y logrado una rutina apropiada para tu familia, haya llegado
el momento de volver al trabajo, o comiences a pensar en ello.
Para muchas
mujeres se trata de una necesidad económica, sin la libertad de decidir si
retomarlo o no; para otras representa una búsqueda de la identidad perdida, una
salida del mundo de pañales. Esa identidad es el producto de nuestro recorrido
social: trabajo, profesión, estudio, amistades, etc, que en la relación misma
nos devuelve información acerca de quiénes somos y qué hacemos. Con la llegada
del bebé se precipita la pérdida de los lugares de identificación.
En otros tiempos, esto también sucedía pero en un
ritmo diferente; las mamás de esta época mantienen sus actividades hasta el
mismo día del parto, siendo luego el detenimiento muy abrupto, por lo que
dificulta la elaboración de esta etapa de su vida.
Es en ese momento donde se hace difícil RECONOCERSE
A SÍ MISMA.
Volver a trabajar requiere de una nueva
organización familiar. Si la preparación es con anticipación, teniendo en
cuenta cómo adaptar la rutina, quiénes serán los referentes que se quedarán con
el bebé en tu ausencia, cómo resolver el tema de la leche materna, cuáles son
para la mamá y el papá las prioridades en esta nueva etapa, etc, el período de
transición será más sencillo para todos.
Es probable
que ante esta decisión experimentes sentimientos e ideas contradictorias e
incluso, que la decisión que tomes sea diferente a lo que considerabas lo
mejor, antes del nacimiento.
Tal vez sientas culpa por necesitar o desear
retomar tu trabajo.
Es importante que sepas que para el bebé será más positivo
que vos estés contenta y satisfecha con lo que hagas.
Para este
período crítico puede resultar facilitador buscar nuevos referentes entre los
pares y en profesionales que puedan acompañarte, descubrirás así que no estás
sola, que los temores y las preocupaciones son similares y que el intercambio
en sí mismo enriquece.
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