La verdadera espiritualidad consiste en eliminar el ego y permitir que
las virtudes lo remplacen.
Todos tenemos un ego que fue cuidadosamente
creado a lo largo de los años.
Es lo que nos permite vivir y convivir
con los demás; son nuestras especialidades y talentos; es el brillo de
nuestra personalidad.
Sin embargo, ¡cuántos problemas no nos ha causado!
Pues, cuando un ego se encuentra con otro, hay conflicto. Eso porque
mis especialidades son diferente de las del otro y mi personalidad
brilla en otra sintonía.
Así que, al trabajar sobre el ego, al permitir
que este sea compuesto de virtudes y valores humanos, que son comunes a
todos, estoy abriendo una puerta ancha para que cualquier persona pueda
venir dentro de mí, sin miedo, disfrutando del cariño y amor que le
pueda dar.